El mobiliario para jardín y terraza ha sufrido tales cambios en su forma, estructura, diseño y materiales que, antes de comprarlo, conviene tener muy presente dónde se va a situar y qué uso se les va a dar durante todo el año, pues la mayoría son susceptibles de doble uso.
El mobiliario de jardín, tradicionalmente diseñado para disfrutar del buen tiempo -tomar el sol, merendar, charlar con los amigos, etc.- al aire libre se ha modernizado hasta tal punto que resulta casi imposible distinguirlo del clásico mueble de interior.
La revolución de los materiales y el diseño los ha transformado en elementos multiuso y, además, en piezas decorativas del espacio. Actualmente el mobiliario para terraza y jardín puede emplearse tanto en el exterior como en el interior.
Gracias a los metacrilatos, polipropilenos, policarbonatos se están fabricando elementos para terraza, porche y jardín susceptibles de cumplir una función al aire libre y otra, cuando termina el buen tiempo, dentro del hogar.
La nueva fibra sintética, hecha con polietileno teñido, fácil de manipular, insensible a los rigores climatológicos, ha remplazado a la madera y al hierro en la confección de muebles para jardín.
Gracias a las propiedades de estos nuevos materiales ha surgido en el mercado una amplia gamas de piezas para el disfrute del buen tiempo sin tener que preocuparse de qué hacer con el mobiliario cuando finalice el verano.
Este tipo de mobiliario ha conquistado mercado entre otras cosas, porque no necesita un cuidado especial de mantenimiento. Es ligero, permanece inalterable frente a las inclemencias del tiempo y su diseño es tan atractivo que puede utilizarse como elementos auxiliares dentro de la casa.
Destacan por su colorido y estructura, en ocasiones asimétricas. Hay modelos para todos los gustos, superficies y necesidades; grandes o pequeñas, para espacios abiertos o cerrados: sillas, sofás, mesas, tumbonas..., aparecen en el mercado de las formas más diversas.
Aspectos destacados
• Gran material para exterior: puede estar afuera todo el año.
• Complementa la vista: luce natural en espacios verdes y lugares al aire libre.
• Rutina de mantenimiento: cada seis meses o un año.
• Puede resistir climas hostiles.
• Es un material freso y no toma temperatura, lo que lo hace ideal para el verano.
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